Fue justo entonces, entre el momento cuando le
pregunté sobre el laberinto y cuando me contestó, que me di cuenta la
importancia de las curvas, de los mil lugares donde los cuerpos de las chicas
pasan de un lugar a otro: del arco del pie al tobillo y a la pantorrilla, de la
pantorrilla a la cadera y a la cintura, al pecho, al cuello, a la nariz de
ladera de esquí, a la frente, al hombro, al arco cóncavo de la espalda, al
trasero, al etcétera. Había observado las curvas antes, pero claro está, pero
nunca había captado del todo su significado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario