Ella no tenía ni idea de cuánta razón tenía
y, al mismo tiempo, de lo equivocada que estaba. Mis sentimientos encontrados
me estaban volviendo loco. Estaba enamorado de ella, no me podía imaginar mi
vida sin ella; pero, al mismo tiempo, quería lo mejor para ella. Con todo eso
en mi mente, la idea de que Abby estuviese con otro se me hacía insoportable.
Ninguno de los dos podía ganar y, sin embargo, yo no podía perderla. Ese
constante ir y venir me dejaba exhausto.
Travis
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