Cuando era pequeña, el ahijado de Dorothea, Lionel, rompió unos de
los vasos de la cocina. Barrio todos los trozos de cristales excepto uno, y me
retó a lamerlo. Me imaginaba que enamorarme de Patch era un poco como lamer
aquel pedazo de cristal. Sabía que era una estupidez. Sabía que lastimaba.
Después de tantos años, una cosa no había cambiado: Me seguía atrayendo el
peligro.
Nora
Nora
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