sábado, 14 de febrero de 2015

True Blood - El club de los muertos

Bill me atrajo al suelo junto a él, nos cubrió a ambos con la manta. Suavemente empujó mi cabeza dentro del hueco entre su cuello y hombro.
Permanecimos allí en silencio lo que pareció mucho tiempo, aunque tal vez fueran sólo minutos. Mi cuerpo se recostó contra el suyo en un arraigado hábito como una necesidad; aunque no supiera si la necesidad fuera específicamente por Bill, o la intimidad que sólo compartí con él. Lo odié. Lo amé.

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