Lo miró a los ojos y sonrió. esa sonrisa acabó
con lo que quedaba de la resistencia de Will, la rompió en mil pedazos. Había
bajado las defensas cuando había pensado
que ella estaba muerta, y no había tiempo para levantarlas de nuevo. Impotente,
la acercó a él. Durante un instante, ella lo abrazo a él con fuerza, cálida y
viva entre sus brazos. El cabello le rozó la mejilla. El color había vuelto al
mundo; Will podía respirar de nuevo, y en ese momento, al respirar la inhaló a
ella: olía a sal, a sangre, a lágrimas y a Tessa.
Cuando ella se apartó de su abrazo, los ojos le
brillaban.
-Al oír tu voz, he pensado que estaba en un
sueño- explicó ella-. Pero eres real.- Le recorrió el rostro con la mirada, y
como si le gustara lo que había visto, sonrió-. ¡Eres real!
Will abrió la boca. Las palabras estaban ahí.
Estaba a punto de decirlas cuando un espasmo de terror lo recorrió, el terror
de alguien que, perdido en la niebla, se detiene y se da cuenta de que se ha
parado a centímetros del borde de un abismo. La forma en que ella lo estaba
mirando..., Will se dio cuenta de que ella podía leer lo que decían sus ojos.
Debía de estar escrito ahí con toda claridad, como palabras en las páginas de
un libro. No había habido tiempo, ni oportunidad, para ocultarlo.
-Will- susurro ella-. Di algo, Will.
Pero no había nada que decir. Solo el vacío,
como había estado antes de ella. Como siempre estaría.
"Lo he perdido todo- pensó Will-.
Todo."
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