miércoles, 6 de mayo de 2015

En llamas

Inclina la cabeza para apoyar su frente en la mía y me acerca a él. Su piel y todo su ser irradian calor por culpa del fuego, y cierro los ojos para empaparme de él. Huelo el cuero mojado, el humo y las manzanas, el aroma de todos esos días invernales que compartimos antes de los juegos. No intento apartarme, ¿por qué iba a hacerlo? Su voz se convierte en un susurro y dice
-Te quiero.
Por eso.
Nunca veo venir las cosas, suceden demasiado deprisa. Estas proponiendo un plan de huida y , de repente...se supone que debes enfrentarte a algo como esto. Le doy la que seguramente sea la peor respuesta posible:
-lo sé
Suena fatal, como si estuviese concienciada de que él no puede evitar amarme, pero yo no sintiera nada semejante...


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