miércoles, 20 de mayo de 2015

Ladrona de libros

...Ilsa Hermann había decidido hacer del sufrimiento su razón de vivir, porque cuando este se negó a abandonarla, ella sucumbió a él. Lo abrazó.
Podría haberse pegado un tiro, podría haberse arañado o haberse infringido cualquier otra forma de mutilación, pero escogió la creyó que creía seria la opción más benigna: soportar las inclemencias del tiempo.

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