-¿Sabes por qué te quiero? No sabía que
estaba perdido hasta que me encontraste. No sabía lo solo que me encontraba
hasta la primera noche que pasé sin ti en mi casa. Eres lo único que hecho
bien. Eres todo lo que he estado esperando, Paloma.
Alargué los brazos para tomar su cara entre
mis manos y él me rodeó con sus brazos, levantándome del suelo. Apreté los
labios contra los suyos, y él me beso con la emoción de todo lo que acababa de
decir. En ese preciso momento me di cuenta de por qué se había hecho ese
tatuaje, por qué me había elegido y por qué yo era diferente. No era solo yo,
no era solo él: La excepción era lo que formábamos juntos.
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