La mayoría
de la clase e acordaba de ella y, aunque era callada y casi tímida, no le costó
nada retomar su antigua amistad con otras niñas. No era popular porque no
intentaba serlo. Tampoco era impopular, porque era agradable y considerada por
naturaleza y se comportaba con más madurez que el resto de sus compañeros. Era
lo bastante rarita para desconcertar a los demás. Por lo general se vestía como
un chico y llevaba el pelo muy corto. No le gustaban los deportes, la
televisión ni internet. En cambio, le encantaba la pintura y estudiaba arte, y
siempre estaba hablando de marcharse a vivir a Paris o Santa Fe, donde no haría
otra cosa que pintar. Sentía fascinación por el arte contemporáneo, del tipo
que dejaba con cara de tontos tanto a compañeros como a profesores.
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