Cuando las
hormonas empezaron a revolucionarse y a derribar las murallas de los géneros,
resultó cada vez más enrollado para un chico echarse novia. Las chicas más
monas y populares se prestaban al juego y estaban casi todas pilladas, pero no
era el caso de April. Ella no mostraba interés alguno en los chicos y no
parecía tener mucha idea acerca de coquetear. Era muy reservada y a menudo se
le veía perdida en su propio mundo. A Theo le gustaba; le gustaba desde hacía
mucho tiempo, pero era demasiado tímido e inseguro para intentar abordarla en
ese sentido. Ni siquiera sabría cómo hacerlo, y además April parecía
inaccesible.
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