lunes, 6 de julio de 2015

Ladrona de libros.

Estoy segura de que Liesel Meminger estaba profundamente dormida mientras más de un millar de bombarderos volaban hacia un lugar conocido como Colonia. Para mí, el resultado fue de unas quinientas personas. Otras cincuentas mil deambularon sin casa entre las fantasmagóricas pilas de escombros intentando dilucidar qué camino tomar y a quien pertenecían las ruinas de los hogares destrozados.
Quinientas almas.
Me las lleve en las manos, como si fueran maletas. O me las eche al hombro. Sólo lleve en brazos a los niños.

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