Aunque fue una persona
triste y agresiva durante la mayor parte de mis años de formación, no le
consideraba un mal padre, solo es que estuvo perdido sin su mujer. Ahora sabía
cómo se sentía. Yo solo sentía por Paloma una mínima fracción de lo que mi
padre había sentido por mi madre y la idea de estar sin ella ya hacía que se me
revolvieran las tripas.
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