Bajo lentamente la mirada de mis ojos hacia mis
labios y su respiración se entrecortó. Tenía todos los pelos del cuerpo de
puntas y no sé si estaba respirando o no. Me incliné hacia delante un centímetro
y espere a ver si protestaba o no, pero entonces sonó mi puñetero móvil y los
dos dimos un respingo.
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