El amor no se piensa, o no es amor. No se
busca, ni se controla. No se decide, no se equilibra, no se ata, ni se domina.
No puede analizarse, ni estudiarse. No puede ser predicho, ni anticipado. El
amor no sabe de reglas de juego. No es ni siquiera inteligente. A veces, ni
siquiera es sano.
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