...Mientras
tanto, en la tormenta de las dudas, se sorprendió pensando en florentino Ariza
con más frecuencia y más interés de los que quería permitirse, y hasta se
preguntaba atribulada por qué no estaba en el parquecito a la hora de siempre,
sin recordar que era ella quien le había pedido no volver mientras pensaba la
respuesta. Así terminó pensando en él como nunca se hubiera imaginado que se
podía estar, despertando de pronto con la sensación física de que él la
contemplaba en la oscuridad mientras ella dormía...
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