miércoles, 16 de septiembre de 2015

Inevitable desastre

Abby no se volvió a mirar mientras se alejaba de mí y caí sobre las palmas en la acerca. No iba a volver. Ya no me quería. Ya no me quería y no había nada que pudiera hacer o decir para cambiarlo.
Pasaron vario minutos antes de que pudiera recuperar la fuerza para volver a ponerme en pie. Mis pies no querían moverse, pero, de algún modo, los obligué a cooperar el tiempo suficiente para llevarme hasta la Harley. Me senté en ella y empecé a llorar. La pérdida era algo que solo había experimentado una vez en mi vida, pero aquello parecía incluso más real. Perder a Abby no era un recuerdo de mi niñez, sino que me había explotado en la cara y me debilitaba como una enfermedad que anulaba mi juicio y mis capacidades físicas. Era algo horriblemente doloroso.
Las palabras de mi madre resonaron en mi cabeza. Abby era la chica por la que tenía que luchar y lo había echado todo a perder. No podía hacer nada para evitarlo.

Travis

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