Justo entonces, tía Judith soltó ruidosamente una maleta en el suelo
detrás de mí, lanzó un enorme suspiro y dijo:" estamos en casa".
Margaret rió. Y me invadió la sensación mas horrible que he tenido jamás. Nunca
me he sentido tan total y completamente perdida.
Casa. Estoy en casa. ¿Por qué suena eso como una mentira?
Nací aquí, en Fell's Church. Siempre he vivido en esta casa, siempre.
Ésta es mi misma vieja habitación, con la leve marca de quemadura en las tablas
del suelo donde Caroline y yo intentábamos esconder cigarrillos en quinto grado
y estuvimos a punto de asfixiarnos. Puedo mirar por la ventana y ver el enorme
membrillo al que Matt y los chicos treparon para colarse en la fiesta e pijamas
de mi cumpleaños hace dos años. Ésta es mi cama, mi silla, mi tocador.
Pero en estos momentos todo me parece extraño, como si yo no
perteneciera aquí. Soy yo la que está fuera de lugar. Y lo peor es que siento
que hay lugar al que pertenezco, sólo que no logro encontrarlo.
Elena
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