-Pasaba por aquí. Necesito algunas cosas. Es un placer
volver a verla, señorita Steele.- Un verdadero placer. Va vestida con una
camiseta ajustada y vaqueros, nada que ver con la ropa sin forma que llevaba el
otro día. Ahora es toda piernas largas, cintura estrecha y tetas perfectas.
Sigue mirándome con la boca abierta por la sorpresa y tengo que resistir la
tentación de empujarle un poco la barbilla para cerrarle la boca. He volado
desde Seattle solo para verla, y con lo que tengo delante ahora creo que ha
merecido la pena el viaje.
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