viernes, 2 de octubre de 2015

¿Puedo soñar contigo?

Me encuentro sola. Ya no distingo si es hoy o mañana, porque todos los días me parecen iguales. Nadie me pregunta cómo estoy o qué es lo que siento. Ni siquiera mi madre o mi padre, que se han cansado ya de intentar animarme. Soy un caso perdido. Una pieza más de un puzzle que nadie va a terminar.
Nunca he encontrado un amigo de verdad. Alguien que se esfuerce por hacerme reír o que llore conmigo cuando estoy triste. Si me caigo, me levanto yo sola.
A mis diecisiete años, tampoco he tenido novio; un chico que quiera descubrir cómo beso o cómo abrazo. O simplemente, averiguar cómo sonrío si lograra hacerme feliz.
He llegado a la conclusión de que alguien ha tenido que exprimir y convertir en zumo a la media naranja que me correspondía.
Ésa soy yo. Una tonta adolescente que no busca su sitio en el mundo porque ya lo ha encontrado junto a un papel en blanco y una historia que contar. Una historia de pocas líneas. Líneas aburridas, tristes y desordenadas. Incomprendidas. Como yo.
No me entienden. Y lo más crudo es que nadie intentará comprenderme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario