-Matt- susurró, sus ojos azules con filo de diamante se posaron en él.
Entonces recorrió con la vista desde su garganta hacia su labios parcialmente
hambrienta. No había signos de incertidumbre que ella mostró cuando Damon le sugirió
alimentarse de los paramédicos. -Matt.- Sonrió de nuevo, y entonces golpeó,
rápido como un ave cazadora.
Mientras Matt trataba de relajarse, una ayuda inesperada vino de Elena,
que irradiaba los pensamientos cálidos y felices de un cachorro de lobo siendo
alimentado. Obtuvo la técnica de mordida correcta en el primer intento, y se
llenó con orgullo inocente y con creciente satisfacción mientras las punzadas
filosas del hambre cesaban. Y con apreciación por Matt, se dio cuenta Stefan,
con un repentino choque de celos. Ella no odiaba a Matt ni quería matarlo,
porque no planteaba ningún riesgo para Damon. Era aficionada a Matt.
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