lunes, 14 de diciembre de 2015

Crónicas vampíricas - Despertar

Pero  lo que Stefan vio fue como un puñetazo en el estómago, Katherine sonreía..., aquella leve sonrisa reservada que tan a menudo había compartido con él. Pero no le miraba a él. Miraba a Damon.
Stefan odió a su hermano en aquel momento, odió la belleza morena y la gracia y la sensualidad de Damon, que atraían a las mujeres hacia él como polillas a una llama. Quiso en ese momento golpear a Damon, hacer pedazos aquella belleza. Pero tuvo que permanecer allí y contemplar como Katherine avanzaba despacio hacia su hermano, paso a paso, con su vestido de brocado dorado susurrando sobre el suelo de baldosas.
Y mientras él observaba, Damon extendió una mano hacia Katherine y sonrió con cruel sonrisa del triunfo...

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