jueves, 10 de diciembre de 2015

Grey

Se le ha soltado un mechón de pelo y, sin pensármelo, se lo coloco detrás de la oreja. Ella apoya la cabeza en mis dedos, y la ternura de ese gesto me sorprende. Le acaricio el labio inferior con el pulgar. Me gustaría volver a besarla, pero no puedo. No mientras no tenga su consentimiento.

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