Eres tan
bonita
que
decírtelo resulta redundante
y no decírtelo
se parece al
silencio.
Al final
siempre acabo besándote,
que es la
mejor alternativa a la poesía.
Y ya sabes
que a mí me
gusta acabar los poemas
con el verso
perfecto,
ese que
empieza en un papel
y acaba en
tu boca.
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