America más que ser una pesadilla, me había
traído una pesadilla a mi vida. Me había presentado a mi droga personalizada.
No conseguía la suficiente, pero no quería quedarme sin ella. Aunque solo podía
calificarlo de adicción, ni siquiera me atrevía a probar una sola migaja. Solo
me mantenía cerca y me sentía mejor con el simple hecho de saber que estaba
cerca. No tenía ninguna esperanza.
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