Como me duele a veces. Y no es que hagas nada para
causarme esta pena. No, no es eso. Es que quererte duele adentro, bien adentro,
en el lado izquierdo de mi pecho. Justo ahí, donde más me faltas, donde
revuelvo el tiempo y te encuentro, donde te busco y me pierdo. Y perdona que te
lo diga, porque no fue mi intención lastimarte; es que no sé si extraño tus
besos, o es que me estoy acostumbrando al dolor de tu recuerdo.
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