Han pasado cinco horas y todavía no he recibido ni una sola llamada
de la cautivadora señorita Steele. ¿En qué narices estaba pensando? Contemplo
la calle desde la ventana en mi suite del Heathman. Odio esperar. Desde
siempre. Aunque ahora el cielo está nublado, ha permanecido despejado el tiempo
suficiente para que pudiera dar una caminata por Forest Park, aunque el paso no
ha conseguido calmar mi agitación. Estoy molesto con ella porque no me ha
llamado, pero con quien estoy enfadado de verdad es conmigo mismo. Me estoy
comportando como un imbécil. Ir detrás de esa mujer está resultando una pérdida
de tiempo. ¿Cuándo he ido yo detrás de una mujer?
Grey, controlate.
Vuelvo a echar un vistazo al móvil mientras suspiro, con la
esperanza de que su llamada se me haya pasado por alto, pero no hay nada. Al
menos ha llegado Taylor y tengo todas mis cosas. Debo leerme el informe de
Barney sobre las pruebas del grafeno de su departamento y aquí puedo trabajar
tranquilo.
¿Tranquilo? No sé qué es la tranquilidad desde que la señorita
Steele aterrizó en el suelo de mi despacho.
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