La primera vez que la llamaron fea, ella lloró,
no tenía idea de lo que estaba haciendo mal.
La segunda vez que la llamaron fea, sintió la
necesidad de retocar su cara con maquillaje, arreglar su cabello y cambiar su
dieta.
La tercera vez que la llamaron fea, estaba
confundida, porque había seguido todos los pasos para poder lucir bella, pero
aun así siguió cambiando cosas, decidió teñir su cabello y comer cada vez
menos.
La cuarta vez que la llamaron fea, estaba
exhausta de oír esa palabra. Se preguntaba ¿ Por qué es malo ser fea? ¿Por
qué existen los estereotipos? Entonces
se cansó de complacer a los demás. había gastado su vida poniéndose un disfraz
de alguien que no era.
La quinta vez que la llamaron fea, ella ya
había entendido. Se quitó el maquillaje, corto tu cabello, volvió a comer sus
comidas favoritas. Tenía mil razones para sonreír, porque se sentía bien, se
sentía bella y lo más importante es que lo descubrió, porque no necesitaba
ningún disfraz solo necesitaba creérselo.
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